De repente, al volver de unaesquina, aparece una figuara humana.
<<Seguramente el guardián>>, piensa Zaikin.
Pero, al fijarse, reconoce al veraneante del pantalón rojo.
- ¿Cómo no duerme usted? - le pregunta.
- No puedo - suspira el del pantalón rojo -. Disfruto de la Naturaleza... Tenemos huéspedes; en el tren de la noche ha llegado mi suegra..., y con ella mis sobrinas..., jóvenes muy agradecidas. Estoy muy satisfecho..., muy contento..., a pesar de... de que hay mucha humedad... ¿Y usted también disfruta de la Naturaleza?
- Sí... - balbucea Zaikin -. Yo también disfruto de la Naturaleza... ¿No conoce usted, aquí, en la vecindad, algún restaurante o tabernita?
El de los pantalones rojos levanta los ojos hacia el cielo y quédase reflexionando.
Los hombres que están de más (El Jardín de los cerezos). Antón P.Chéjov.
Opinión: Consta de un lenguaje singular nada accesible al lector. A parte de eso las historias son a veces incomprensibles y de poco transfondo. No sé si basado en las diferencias culturales, pero se me hace una Rusia poco realista. A mi parecer, no es lectura interesante.
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