sábado, 27 de octubre de 2012

Revolución en mi cuerpo

 Abro los ojos, no con poco esfuerzo, la habitación esta iluminada por la luz blanca de la mañana. Mis vellos se erizan con la sensación de olor a sueño, la cálidez del edredón y el tacto suave de las sábanas sobre mi piel. Disfruto este par de minutos, una eternidad alargada de felicidad aún por sentir, de un secreto que descubrir, de un nuevo  e inexplorado día. Alargo todo lo que puedo esa sensación, quiero quedarme, así sin más, sólo sintiéndome bien, feliz.
 El penetrante sonido del despertador resuena en la habitación, y mi mundo de sueños imnimaginados aún se esfuma bajo la rendija de la puerta. Se escabulle al frío exterior tras las grandes ventanas. Parece que el día se muestra ansioso por mostrarme todo lo que ya pasó mientras yo, bella durmiente, vivía el mundo paralelo. No quiero salir de la cama. Se esfumó la sensación del tacto de las sábanas, pero sigo sucumbida bajo su peso esperando a que vuelva. Hoy no quiero levantarme.
 Pasan minutos en mi intento de seguir con un poco de magia. Descubro una cama revuelta, una cama que más bien parece un campo de batalla, una revolución. ¿A dónde te trasladastes hoy; contra qué bramas?
 Hoy mi piel ha empezado a confesarme que te echa de menos. Que ya se siente inerte, que no tiene cambios, que sus vellosidades no se erizan ante el sentir de tu aliento. Me amenaza diciendo, que o te reuno de nuevo con ella o me hará sentir un frío desolador todos los días, en todas las circuntancias.
 Entonces mis ojos se han manifestado diciendo que llevan días, o meses, sin ver a sus compañeros, que los echan de menos. Dicen querer volver a recorrer tus facciones, a pararse en los recodos y huecos más interesantes y volver a estudiarlos; batirse en duelo con los tuyos y volver a pedir una revancha. Dicen exigir lo que consiguieron, dicen querer ser felices y si no, y si no me amenazan con no mostrarme las maravillas de mi mundo y su inmensa gama de colores.
 A estas alturas ya no me lo puedo creer, si ya estaba despierta, o no. Pero por qué esta odiosa ensoñación, si hoy era todavía feliz el día. Pues revolución yo también, me quedo en cama y cierro los ojos, a ver si duermo de nuevo, o me despierto de una vez. Acabo de oír un pitido sordo, a ver si para...no, es constante y molesto, impidiéndome escuchar los pajaros en el alfeizar de la ventana. Aggg, que pare, qué molesto. Queremos conversación, oigo de repente. No puede ser, ¿mis oídos?, pues es mi voz. Mi boca se ha puesto celosa, de las reclamaciones que otros me hacían. Hoy ella reivindica besar tus labios, susurrarte palabras al oído y charlar contigo. No, ahora encima discusión entre los labios y los oídos. Qué parte de la charla corresponde a quién, quién te extraña más, quién hará mayor presión con este piquete.
 Estoy cansada de este cuento sin sentido, de este echarte de menos. Intento incorporarme, al levantarme todo habrá pasado. No puedo, no sé que pasa... mis manos, no se apoyan. A ver que os pasa. No dicen nada, sólo están callas, tristes y sin fuerzas. ¡¡Hablad!! ¡si estoy ya es de locos de maniconmio! les digo mientras me sulfuro conmigo misma. Con ritmo pausado confiesan, que han sido ellas las culpables de este revuelo, que al notar las sábanas pensaron que era tu cuerpo he intentaron acariciarte, pero no te encontraban, sólo había tela. Dicen que se asustaron que revivieron esos momentos de felicidad y que ante la falta y la opresión a la que dicen que les someto... Comenzaron el levantamiento, la revolución para desterrar mi mente y poder acercarse a ti. Dicen sentirse tristes por llegar a este punto, pero que si no le pongo remedio; ellos, todos juntos, conseguirán su fin.
 Todos han empezado a pelearse, a gritar; intentan separarse y tirar cada uno hacia su lado, luchar por su bienestar. Me asustan, son parte de mí. Yo soy ellos, y todos ellos soy yo. Quiero llorar, despertar y huir.
 Hoy mi cuerpo ha comenzado una Revolución y todo es por ti

jueves, 25 de octubre de 2012

Otoño anaranjado


 
 Volví a mirarte, pero no reconocí tu apariencia. Cerré los ojos con fuerza hasta que me dolieron; los abrí pero allí seguía impávida tu distorsionada imagen.
 A dónde fue tu verde, tu vida y tu vitalidad. A dónde los dejastes ir, sólo para mirar con envidia que tu vecino seguía luciendo verde y vigoroso. Tus hojas hoy se mecen al compás del viento, para terminar descansando en un suelo ario; para sucumbir a la transformación y alimentar el mantillo con el que en la próxima primavera se enriqueceran tus raíces.

 Volví a mirarte, y tus estudiantes se manifestaban en las calles, ante un panorama desangrante. Cerré los ojos para rememorar tiempos de vida; y al abrirlo el país ardía.
  Se llevaron nuestras ilusiones, para jugar  con papel mojado. Nos contaron mentiras, para que el rebaño no diese problemas al esquilarnos. Mientras sólo nos quedaba ver a algunos de nuestros vecinos consumirse, a la vez que los otros tensaban cuerdas de marionetas o miraban sus reflejos en ornamentados espejos.

 Otoño, caída de hojas, lluvia y frío, colores anaranjados salpicados de verde y rojo. Bella estampa para los observadores. Tranquila sensación para los viandantes. Buena vida para el disfrute y las pacientes esperas de fin de días...
 Lo siento, pero mientras siga siendo joven preferiré el despertar y la explosión de la primavera. La lucha del espacio propio. Verdor y luz intensa. Vida, esperanza y reclamo por un mundo mejor.

La Caída de los Gigantes

" Ella quiso explicarle los principios de la democracia, pero aún era demasiado pequeño.
   En una escalera estrecha, cubierta por una alfombra roja, en el límite entre la zona de los comunes y la de los lores, se encontraron con Fitz. Él también tenía un joven invitado: su hijo George, al que llamaban Boy.
   Ethel y Lloyd subían, Fitz y Boy bajaban, y se cruzaron en un rellano.
   Fitz la miró como si esperara que lo dejara pasar.
   Los dos hijos del conde, Boy y Lloyd, su heredero al título nobiliario y el bastardo no reconocido, tenían la misma edad. Se observaron mutuamente con sincero interés.
   En Ty Gwyn, recordó Ethel, siempre que se encontraba con Fitz en el pasillo, tenía que hacerse a un lado, contra la pared, y agachar la mirada mientras él pasaba.
   Ahora ella estaba en medio del rellano, agarrando a Lloyd de la mano con fuerza, y miró a Fitz.
   —Buenos días, lord Fitzherbert —le saludó, y alzó el mentón en un gesto desafiante. Él le aguantó la mirada. Su rostro reflejaba un resentimiento furioso. Al final, dijo:
   —Buenos días, señora Leckwith.
   Ethel miró a Boy.
   —Debe de ser el vizconde de Aberowen —comentó—. Encantada.
   —Encantado, señora —respondió el niño, con educación.
   —Y este es mi hijo, Lloyd —le dijo a Fitz.
   El conde se negó a mirarlo.
   Ethel no iba a permitir que Fitz se saliera con la suya tan fácilmente.
   —Dale la mano al conde, Lloyd —le ordenó Ethel.
   El niño le tendió la mano y saludó:
   —Es un placer conocerlo, conde.
   Habría sido un gesto muy indecoroso despreciar a un niño de nueve años. Fitz se vio obligado a estrecharle la mano. Por primera vez, tocó a su hijo Lloyd.
   —Y ahora les deseamos que pasen un buen día —dijo Ethel con desdén y dio un paso hacia delante.
   Fitz puso cara de pocos amigos. Se hizo a un lado junto con su hijo, muy a regañadientes, y esperaron, con la espalda pegada a la pared, a que Ethel y Lloyd pasaran frente a ellos y subieran por las escaleras."
                      La Caída de los Gigantes. Ken Follet
 


 

 
 
Opinión: Es un buen libro, de lectura fácil, en el que Ken Follet vuelve a demostrar su dominio con las palabras y a enganchar al lector de forma constante. Encuadra muy bien en los echos históricos la trama, entremezclándolos y pareciendo pertenecer a la missituación. A parte de algunos pasajes de guerra un poco extensos, innecesariamente a mi parecer, es un libro que recomiendo leer. Pues puede alentar a querer saber un poco más de un tiempo pasado no muy lejano, y que cambió nuestro mundo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Rincón de Lectura

Esta sección será dedicada al culto de la palabra escrita. Un libro no sirve de nada si no hay unos ojos que recorran sus marcas ni unas manos que sientan el tacto de la celulosa.

Está pensado para compartir las opiniones sobre libros, hacer recomendaciones y coloquios a distancias inimaginables sobre el mismo tesoro literario en cuestión.


“La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil, y el escribir, preciso”. Francis Bacon.

lunes, 1 de octubre de 2012

Premio Liebster por S.

 Conocí a Silvia hace ya unos años, siendo aún ambas adultescente, para que desempeñase una ardua tarea conmigo, enseñarme a tocar la guitarra con más de 18 años. La mía era una Alhambra recién comprada, como regalo a un aprobado en Selectividad; la suya un mar de magia y notas. Aún recuerdo las sensaciones en ese Albeniz viendo una película francesa, conociendo a una persona admirable y con trastos presetándonos.
 
 Hoy sigo sin sacarle más que dos notas al instrumento olvidado en un carto dejado atrás por una adolescente. Por el camino con ella he aprendido el sabor de lo alternativo, hemos reido y llorado, escrito poesias y embarcado en proyectos separados. En ese tiempo nos hemos hecho amigas. Y  la vida nos ha hecho descubrir que no es oro todo lo que reluce, pero que con personas que te ayuden a amortiguar la caida o a levantarte una vez en el suelo, la vida es bella y merece la pena vivirla.
 
 Siendo esto un mero intento de desviar cierta energía; ella ha decidido darle un premio al blog. Gran sorpresa para mi persona. Para mí es más que un premio, es un reconocimiento y un apoyo, es un honor recibido de una maestra. Y como tal quedaremos para seguir teniendo días vividos de momentos compartidos.
 
 Silvia otorga a "Berlin mit grün" el premio Liebster, para que siga la cadena. El "liebsterado", si lo desea, debe hacer lo siguiente:
1. Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado.
2. Premiar a tus cinco blogs favoritos con la condición de que tengan menos de 200 seguidores y dejarles un comentario en sus entradas notificándoles que han ganado el premio.

3. Confiar en que continúen la cadena premiando a su vez a sus cinco blogs preferido.
 
 
  Mis propuestas son:
 
 1. Miradas, el blog de Alberto Baquero.
 2. Una visión particular, de Higinio Podadera.
 3. S., de Silvia Guerrero.
 4. Jinete en la tormenta, de Daniel Serrano.
 5. Myriam cameros "bitxo", de Myriam Cameros