jueves, 25 de octubre de 2012

La Caída de los Gigantes

" Ella quiso explicarle los principios de la democracia, pero aún era demasiado pequeño.
   En una escalera estrecha, cubierta por una alfombra roja, en el límite entre la zona de los comunes y la de los lores, se encontraron con Fitz. Él también tenía un joven invitado: su hijo George, al que llamaban Boy.
   Ethel y Lloyd subían, Fitz y Boy bajaban, y se cruzaron en un rellano.
   Fitz la miró como si esperara que lo dejara pasar.
   Los dos hijos del conde, Boy y Lloyd, su heredero al título nobiliario y el bastardo no reconocido, tenían la misma edad. Se observaron mutuamente con sincero interés.
   En Ty Gwyn, recordó Ethel, siempre que se encontraba con Fitz en el pasillo, tenía que hacerse a un lado, contra la pared, y agachar la mirada mientras él pasaba.
   Ahora ella estaba en medio del rellano, agarrando a Lloyd de la mano con fuerza, y miró a Fitz.
   —Buenos días, lord Fitzherbert —le saludó, y alzó el mentón en un gesto desafiante. Él le aguantó la mirada. Su rostro reflejaba un resentimiento furioso. Al final, dijo:
   —Buenos días, señora Leckwith.
   Ethel miró a Boy.
   —Debe de ser el vizconde de Aberowen —comentó—. Encantada.
   —Encantado, señora —respondió el niño, con educación.
   —Y este es mi hijo, Lloyd —le dijo a Fitz.
   El conde se negó a mirarlo.
   Ethel no iba a permitir que Fitz se saliera con la suya tan fácilmente.
   —Dale la mano al conde, Lloyd —le ordenó Ethel.
   El niño le tendió la mano y saludó:
   —Es un placer conocerlo, conde.
   Habría sido un gesto muy indecoroso despreciar a un niño de nueve años. Fitz se vio obligado a estrecharle la mano. Por primera vez, tocó a su hijo Lloyd.
   —Y ahora les deseamos que pasen un buen día —dijo Ethel con desdén y dio un paso hacia delante.
   Fitz puso cara de pocos amigos. Se hizo a un lado junto con su hijo, muy a regañadientes, y esperaron, con la espalda pegada a la pared, a que Ethel y Lloyd pasaran frente a ellos y subieran por las escaleras."
                      La Caída de los Gigantes. Ken Follet
 


 

 
 
Opinión: Es un buen libro, de lectura fácil, en el que Ken Follet vuelve a demostrar su dominio con las palabras y a enganchar al lector de forma constante. Encuadra muy bien en los echos históricos la trama, entremezclándolos y pareciendo pertenecer a la missituación. A parte de algunos pasajes de guerra un poco extensos, innecesariamente a mi parecer, es un libro que recomiendo leer. Pues puede alentar a querer saber un poco más de un tiempo pasado no muy lejano, y que cambió nuestro mundo.

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