lunes, 30 de julio de 2012

Palabras amigas

Charlottenburg. Julio '12.

Palabras, qué son las palabras sino una sucesión de letras. Letras que todo cambia según las ordenes, separes o acentues. Dependiendode a quién se lo preguntes las palabras significarán cosas diferentes, iguales o incluso contrapuestas.
 Palabras,... palabras una tras otra son las que me permiten comunicarme.
 Palabras,... palabras amigas son las que le quiero hacer llegar al que retrató "Los árboles amigos".
 Nada más y nada menos que palabras. Cada una con su giro predecible, pero cada una con su mensaje particular y personal que le mando.
 Utilizo la palabra jardín,para describir desde dónde escribo, a la vez, desde donde empiezan muchas cosas. Jardínes, que me recuerdan a la intención de recrear el aroma mediterráneo en una pequeña parcela.
 Calor y sol, dos palabras tan conocidas en nuestra tierra, y que sus significados empiezo a extrañar, aunque hoy sea un espejismo conseguido; las extraño igual.
 Seguro que es conocido el latinismo, felicidad, con sus sinónimos y antónimos. Mas no se puede adivinar la importancia y entonación que mi persona le atribuye a esa secuencia de letras. Felicidad, estoy satisfecha de tenerla muchas veces, pues la vida no es un continuo de ella sino la consecución de muchos momentos; lo único que debemos hacer es que sean lo más seguidos e intensos posible.
 Para el final, dejé la que os regalo, sólo a vosotros, habitantes de esa casa con una amiga por guardiana. Siete letras son las que la forman, mas aunque venga en tamaño pequeño  es enorme en su significado. Palabras eran lo que escribía y Gracias es la que os regalo. Gracias, por iniciarme en esto; esta aventura, a pesar de no tener mucho tiempo para ella pero que me reconforta. Por apostar por que tuviese una nueva vida, cuando yo misma ni sabía. Me dejasteis vuestra casa, espacio y momentos compartidos que me enriquecen y me hacen tener más fuerza. Os la regalo con el mayor de los cariños, respeto y agradecimiento. Si bien cuando era una pequeñaja me erais un tanto extraños, ahora sois un pilar importante que consultar. Os dejo para el final pues sólo los persistentes encuentran las buenas recompensas.

 Un día me dijeron que no debemos decir adiós, pues no sabemos si será la última vez. Es así por lo que tremino con tres palabras... hasta la próxima!!

martes, 17 de julio de 2012

Una vida de tantas

 Caminaban juntos por la ribera del río. Mientras paseaban observaban los viandantes que con mirada perdida miraban el devenir del río Spree. La tarde se estaba volviendo fresca, pero a pesar de eso seguía habiendo mucha gente en los bares y restaurantes cercanos al paseo. Era de comprender, pues era el sitio, la movida en los últimos años se había trasladado hasta aquí. Se oían el eco de las conversaciones, las risas compartidas y los sonidos agudos de las copas al chocar. ¡Aquello parecía tener vida propia! Laura disfrutaba andando sola por por estas calles, perdida siempre en sus pensamientos y dejando que sus pies la condujesen por el asfalto oscuro.
  Le encantaba descubrir cosas que siempre habían estado ahí pero en las que no se había fijado a pesar de pasar cientos y cientos de veces por el mismo lugar. Y en ese instante de dicha, sacar su vieja Cannon y fotografiar ese momento, ese segundo que le recodaría lo maravillosa que puede ser la vida siempre que descubras algo interesante.
  Como aquella vez que, en uno de sus tantos paseos se perdió por las calles de su ciudad natal, Málaga. Se encontró de pronto inmersa en un pequeño parque, que nunca antes había visto. Iba con prisa y atajaba por calles que creía que darían al mismo sitio pero serían más cortas. No se iba fijando por dónde entraba ni por dónde salía, sólo andaba y miraba su viejo reloj de pulsera, pues llegaba tarde. Laura odiaba llegar tarde. Y de pronto un agradable aroma inundó su olfato; olor a azahar de los naranjos, mezclado con el dulzor del jazmín. Sonrió pues estos aromas la transportaban siempre a su infancia. Se decidió a levantar la vista, a pesar de ir tarde,pero algo así nunca se debe dejar escapar. Levantó la mirada y se encontró frente al parque. Y ésto, se preguntó incrédula, ésto siempre ha estado aquí. Pues que raro nunca me había fijado, se dijo. Era una tarde cualquiera de verano, el sol se estaba ocultando ya para dar un respiro a la ciudad marítima y a sus habitantes. Se adentró en el parque, pues quiso creer que al fin y al cabo si tenía que torcer a la derecha dos tramos más abajo, qué importaría si lo hacía por aquí. Sólo sería cambiar la ruta, no le llevaría tiempo, no llegaría más tarde aún, pues no se entretendría. Se repetía para ella una y otra vez. Iba andado rauda, sin que sus pies dejaran de marcar un ritmo de marcha. Seguía andando, y allí estaba. Apareció así sin más, de la nada o de detrás de un seto. Que al final, para ella venía a ser lo mismo. Allí estaba, y la miraba con sus pequeños ojos. Laura se quedó parada pues no quería asustarlo. Era el pavo real más cerca que había visto nunca, pues en Málaga no es normal verlos sueltos. No sabía que hacer, quería retener ese momento en sus pupilas, por si fuese efímero, que lo recordara siempre. Se acordó que con las prisas no había sacado su pesada cámara del bolso. Con movimientos lentos de sus dedos deslizó la cremallera, para que no hiciera mucho ruido. Pero el animal seguía allí parado, mirándola.Hundió la mano hasta tocar la tela rasposa del forro; agarró el cuerpo de la cámara y la sacó lo más despacio que podía, a pesar de que la embargara la euforia. Se colocó la cámara en su ojo izquierdo, enfocó y se oyó el rechinar del objetivo al cerrarse e inmortalizar el momento. Esa alegría le duró para mucho tiempo. Y la foto aún hoy cuando recae, la saca del sitio escondido en el cajón y la observa, viendo como un simple animal la está mirando de frente, y parece decirle: "ánimos, sabes que puedes".
  Pero hoy era todo diferente, hasta la brisa. Hoy no iba sola, no iba a perderse por los mundos paralelos. Parecía que hasta la propia ciudad lo sabía, el Spree no llevaba su magia innata. No sabía qué pero algo raro sentía en el ambiente. Y todo esto le provocaba una sensación que no le gustaba, se le erizaba la piel nada más pensarlo. Sintió que su mano la rodeaba y la acercaba hacia él.
  -Tienes frío - le preguntó su voz ronca y monótona.
  -Sí, un poco - respondió Laura. No quería ponerse a explicarle sus paranoias con las sensaciones y la vida propia de la ciudad. No sabía si lo entendería, y no le apetecía descubrir que no fuese así.
  Se apartó un poco, se escabulló de sus brazos y se colocó el schal, que llevaba enrrollado por el cuello, tapándole los brazos, como había visto tantas veces hacer a las abuelas. No sabía por qué, pero su lado arisco de gata estaba floreciendo.
  -¿Pasó algo? ¿Todo bien? - Le preguntó. Mientras la sostenía por el brazo induciendo a que se parase.- Mírame y dime qué pasa. Te noto rara desde que ha empezado a anochecer, parece que al irse el sol toda tu alegría se ha esfumado.
  -Nada, nada. En serio. Sigamos que la noche se está poniendo preciosa - le contestó intentando más mal que bien escurrir el bulto.
  -Tus nada nada; Bien, bien, ya me los conozco y casi nunca, por no decir nunca son verdad.
  Ella se acercó, y elevó sus talones para ponerse de puntillas, pues él le sacaba más de una cabeza. Le sonrió, escudriñándole dentro de las pupilas intentando ver su pensamiento. Y seguidamente le besó. Se dejó llevar, inmersa entre sus grandes brazos. Pues en el fondo le estaban quitando el frío que le había entrado.
  -De verdad, todo va bien. Sólo paseemos un rato más, pues el aire me reconforta. Y tu compañía es lo mejor de la velada - le contestó; sonriendo y cogiéndole de la mano de nuevo.
 Sus pasos se volvieron a reanudar acordes, como si tuviesen vida propia y fuesen capaces de saber qué había ocurrido instantes antes.
Ya había oscurecido, y las escasas farolas que habían, derramaban su tenue luz por las orillas del río y sus aguas en calma. La música de un restaurante cercano inundaba el espacio sonoro del paseo, junto con las conversaciones de los viandantes y los sonidos de los timbres de bicicletas.
  Era otra noche más en el bullicio de la vida berlinesa, y ellos otra pareja cualquiera viviendo su historia. Pasando sus idas y venidas desapercibidas para casi todos los que estaban en el paseo esa noche. Para casi todos, pues en las pupilas de alguno sí que encontró hueco este momento, sus personajes y su historia.

domingo, 15 de julio de 2012

Destellos


Miro tu cúpula de oro. Entre nubes y pequeñas gotas de agua se hace hueco el sol, y es ahí cuando reluces como metal precioso que eres.
 Entre conversaciones banales aparece esa maldita noche en la que se estallaron tus cristales, esa noche en la que en Berlín no se durmió por el estrépito que llenó cada rincón habitado de esta ciudad. Te recontruyeron las apariencias, malditas apariencias las que te llevaron hasta ese momento, inútiles apariencias las que te lavaron la cara, que aún así te dejaron vacía, infértil. En tu interior no se encuentra nada, sólo laberintos de escaleras y ascensores modernizados que llevan a ninguna parte, sólo escaleras empinadas que introduce a tus visitantes en tu cúpula dorada. Visitantes que observan una vez más las altas capas de la civilización berlinesa; que observan pero que no pueden inmortalizar.
Esperé ver tu grandeza, admirar los tesoros que guardabas y respirar tu ambiente; esperé, mas con las ganas me quedé.
Antes de llegar a visitarte, un día de libranza, me llevó a las mismas entrañas del comienzo del principio, visité tu pariente vacío el bunquer de Gesundbrunner; cuántas salas creadas, cuántos momentos encerrados se encuentran en él, pero ¡cuánta mentira civil!. En estos tiempos en los que mi país no sabe que opio darnos ya al pueblo, qué no importa qué se diga, mientras se escuchen palabras, que no importa....que no importa nada mientras tengamos "la panza llena". En este caos de vida reflexiono que la protección civil llevada aquí fue patraña, que la falsa Guerra Fría, no fue nunca Fría  pero sí fue con demasiada premeditación y alevosía.Tantos médicos y enfermeros preparados, tantos sanitarios luchando,... ¿para salvar, para curar?, ¿A quienes? ¿Y de qué?..........tanta lucha para volver al campo de batalla una y otra vez.
Al pasear por tus calles, Berlin, rara es la que no acage una "dulce" morada de antaño, muertos, muertos todos en vida. Muertos que lucharon por una mentira, muertos que no lucharon pero se encontraron a la muerte de cara, muertos son....muertos están.
Muertos......Nos caeremos y nos levantaremos; los importantes pisarán cabezas, pero no tienen fuerza para hacednos desaparecer a todos; moriremos pero nuestro espacio será ocupado por otro ser que acabe de nacer. Pero pase lo que pase, pase lo que pase,...siempre la vida impone su maravilloso curso por el lento discurrir del tiempo.

lunes, 9 de julio de 2012

Reflexiones


 Reflexiones son las que me pregunto delante tuya. Reflexiones las que revolotean por este cuarto de baño ante tu sonido constante de giro. Hasta ayer eras un lujo inexistente en mi casa, un lujo que antes daba por sentado y exigido. Antes cuando esta experiencia era inimaginada. Inimaginado ahora buscarle un por qué a las cosas.
 Te miro con asombro y una sonrisa se dibuja en mi cara, me río de la ilusión que me hace ver como giras, ver como un mecanismo tan sencillo, no ha estado a mi alcance hasta ahora. Pero es peor aún cuando caigo en la cuenta que la mayoría de la población del mundo no te tiene, porque no puede adquirirte, porque no tienen electricidad ni agua para hacer funcionar tu estruendo, o ignorates de los avances de la civilización, viviendo con "pájaros de hierro" que sobrevuelan sus vidas sin entender.
 Te miro y pienso,...pienso en cómo mi vida está mezclada ahí dentro, en cómo llega una camisa de salir puesta al fondo junto a los vaqueros llevados para aguantar 12 horas de trabajo, y como no puestos en la parte de abajo, ¡¡cómo si de esa forma separase los aspectos de mi vida!!. Pienso, pienso en la sensación que me recorre de limpieza, de que a partir de ahora me he quitado la capa de momentos malos, de cansancio, de suciedad... como si por cada uno de tus giros limpiases y le dieses con la paleta de colores vivos a mis sensaciones.
 No,no estoy loca, miro y veo el objetivo de mi cámara tan ansiada, el objetivo por el que veo con mi prisma propio mi experiencia, el objetivo que me enfoca,...
 ......vuelves a coger agua, como yo fuerzas, para seguir giro tras giro con tu lavado; y yo, yo seguiré paso tras paso con mi camino.