miércoles, 9 de mayo de 2012

Caminante berlinés

No son piedras lo que reposa bajo mis pies, pues el frío subo a través de las terminaciones de mis nervios. No es cielo eso que algunos aseguran descubrir cuando miran hacia arriba, ya que no hay lucero ni sol que en él se vislumbre.

 Sigo sin saber por dónde vago, pues todos mis pasos me hacen retornar a ti, ciudad. Por tus árboles no corría vida y hoy son un jardín florecido. En tus calles sólo existía el frío y la soledad imponiendo su silencio dictatorial.

No sé por qué vuelves frío insulso si la primavera está ya instaurada, por qué caes con estrepitosa fuerza lluvia torrencial si los habitantes de este lugar no te aprecian. No entiendo que te pasa ciudad misteriosa....

...pero menos comprendo a tus habitantes, tristes, solos y meditabundos. Con andares turtuosos por calles estrepitosas e inpronunciables. Portando sobre sus caidos hombros los ropajes más extraños...

Qué parte de ti me enseñas Berlin,... pues creí introducirme en tus calles cuando descubrí que en tu Zoo me perdí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario